miércoles, 30 de mayo de 2007
Procesión das mortaxas-Puebla do Caramiñal
El tercer domingo de septiembre, en la parroquía de O Deán, tiene lugar la fiesta del Divino Nazareno, en la que sale la popular 'Procesión de las mortajas'. En esta manifestación, que tiene su origen en la Edad Media, el ofrecido que ha sido salvado de la muerte por algún milagro, desfila en procesión con su ataúd que es llevado por sus familiares.
Caminan detrás de lo que debía ser su propio féretro, el cual llevan sus familiares vistiendo un hábito morado y portando un gran cirio. Se forma un largo cortejo que acompaña a Jesús el Nazareno, en medio de velas y ataudes. Como decía Cunqueiro, es una fiesta en la que 'los muertos comen con los vivos'.
El origen de la Procesión de las Mortajas se remonta al S XV, cuando la comarca estaba asediada por unos vándalos que utilizaban la sierra para esconderse. Tras coger a cuatro de los componentes del grupo de bandidos, en vísperas de la fiesta en honor del Nazareno, el alcalde mayor de la villa de Deán los condenó a muerte. Don Juan Linares, que así se llamaba el regidor, comenzó a encontrarse muy enfermo y, escuchando el repique de campanas en A Pobra do Caramiñal desde su lecho, rogó a Jesús por la salvación de su alma.
Era el tercer sábado de septiembre y Juan Linares hizo que sus criados llamaran a un carpintero para que le hiciese con urgencia un féretro a su medida. Al día siguiente, durante la procesión, el alcalde, vestido con sus mejores galas, acompañó la imagen de Jesús siguiendo a su propio ataúd, que cargaban los cuatro reos. Finalmente, al llegar al atrio de la iglesia, el alcalde perdonó la vida a los reos, no sin antes increparles por sus fechorías. Ese parece ser el origen de este singular ritual.
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